miércoles, 6 de noviembre de 2013

La leyenda de la Yerba Mate

La leyenda de la Yerba Mate

El reglamento es el reglamento- teatro

Personajes:
Señora
Cajera
Supervisor
Gerente

Escena uno

La escena transcurre en un supermercado. La señora está
en la caja, pagándole a la cajera.

Cajera: Su vuelto, señora.
Señora: Gracias. Buenos tardes.
Cajera: Un momento. Todavía no se puede ir. ¿No vio ese cartel?
(Lo señala y lo lee.) "Señores clientes es obligación mostrar
la cartera a las amables y gentiles cajeras".
Señora: Discúlpeme, pero yo no se la puedo mostrar.
Cajera: ¿Qué dice? Imposible. Me la tiene que mostrar antes
de salir.
Señora: Por favor, no insista, señora cajera. No le puedo
mostrar la cartera.
Cajera: Mire, lo lamento, pero es el reglamento. ¿Me está
escuchando lo que le digo?
Señora: Sí, la escucho. Pero lo siento mucho. No-le-pue-do mos-
trar-la-car-te-ra" (Pronuncia las últimas palabras cono
mucha fuerza.)
Cajera: Pero, ¿qué es esto? ¿Cómo que "no-le-pue-do-mostrar-
la-car-te-ra"? (Imita la forma en que lo dijo la señora.)
Señora: (Grita) ¡No me haga burla!
Cajera: ¡Y usted, mejor no me aturda!
Señora: ¡Y usted, no diga cosas absurdas!
Cajera: Creo que usted exagera. Solamente
le pedí que mostrara la cartera.
Señora: Por favor, no me haga perder
el tiempo. Estoy apurada. Tengo
invitados para la cena.
Cajera: ¿Ah, sí? ¡Qué pena! Si está apurada, no sé qué espera.
¡Muéstreme la cartera!
Señora: ¡Déjese de pavadas! ¡No se la muestro nada!
Cajera: ¡No me hable de ese modo! ¡Y mejor me muestra
todo!
Señora: ¿Pero qué tiene usted en la sesera? No se la puedo
mostrar y no es porque no quiera. Lo que pasa, mi querida,
es que no tengo cartera.
Cajera: ¿Cómo? ¿Está segura?
Señora: (Toma una planta de lechuga.) Como que esto es verdura.
Cajera: ¡Pero qué locura! No puede ser. No sé qué hacer. No
sé qué pensar. No sé cómo actuar. A ver, empecemos otra
vez. Yo le pido a usted que me muestre la cartera y...
Señora: Y yo le digo que no se la puedo mostrar aunque
quiera, simplemente porque no tengo cartera.
Cajera: ¿Y ahora qué hago?
Señora: Haga lo que quiera.
Cajera: Muy bien, quiero ver su cartera.
Señora: ¡Pero no tengo!
Cajera: No comprendo... No entiendo... Soy la cajera y estoy
obligada a revisar las carteras. Usted no tiene cartera, así
que no puedo cumplir con mi obligación. ¡Qué situación!
¡Qué complicación! Esta situación imprevista me saca de las
casillas. ¡Necesito mis pastillas!
Señora: ¿Quiere una de menta?
Cajera: No, no me gusta la menta.
Señora: Lo lamento.
Cajera: ¿Qué lamenta?
Señora: Que no le guste la menta.
Cajera: (Toma un teléfono) ¡Por favor, por favor, que venga
el supervisor!

Escena dos

Entra el supervisor.

Supervisor: ¿Qué sucede? ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa?
Señora: Me quiero ir a mi casa. Compré, pagué y me quiero
ir. Pero la cajera insiste en que muestre la cartera. Y yo...
Supervisor: Es correcto. Si no la muestra, no se puede ir. (Saca
del bolsillo un papel enrollado y lo desenrolla.) Así dice el
reglamento de este establecimiento.
Cajera: ¿Vio, señora, que no miento?
Señora: Sí, pero no tengo nada que mostrar.
Supervisor: ¿Por qué? ¿Tiene algo que ocultar? ¿Lleva algo
sin pagar?
Señora: No, señor supervisor, usted está en un error. ¡No soy
una delincuente! ¡Soy una mujer decente!
Supervisor: Entonces, ¿qué espera? ¡Muéstrenos la cartera!
Señora: Señor, si no se la muestro, no es por mala voluntad.
Supervisor: ¿Y por qué es?
Señora: ¡Terminemos con esta sonsera, trate de entender
que yo no tengo cartera!
Supervisor: Entiendo. Es una situación complicada, pero no
puedo hacer nada. (Mira el papel.) Tenemos que cumplir con
el reglamento. Y el reglamento dice...
Cajera: Que es obligación de los clientes mostrar la cartera...
Señora: ¡A las amables y gentiles cajeras! ¡Pero yo no traje
cartera!
Supervisor: Señora, lo hubiera pensado antes. No se puede salir
a hacer compras de cualquier manera. El reglamento es el
reglamento. Y hay que cumplirlo. Si no, ¿dónde vamos a ir a
parar?
Señora: ¡Yo quiero ir a parar a mi casa! ¡Esto es una locura!
Supervisor: Usted es una cabeza dura. Si hubiera traído alguna
cartera... no tendríamos este problema.
Señora: Señor, no traje cartera y no me voy a quedar aquí toda
la vida. Así que pensemos en alguna solución.
Supervisor: A mí no se me ocurre. Las situaciones imprevistas
me paralizan el cerebro.
Cajera: Y a mí me atacan los nervios. Señora, usted me está
impidiendo cumplir con mi obligación de revisar las carteras,
y eso me confunde, me irrita y me desespera. Se me nubla la
mente...
Supervisor: Tengo una idea... ¡Llamemos al gerente!
Cajera: (Toma el teléfono) Por favor, es muy urgente. ¡Necesitamos
al gerente!

Escena tres
Entra el gerente.
Gerente: ¿Qué sucede?
Supervisor: Tenemos un problema.
Cajera: Una situación imprevista. La señora quiere irse sin
mostrar la cartera.
Gerente: Eso es imposible.
Cajera: Es incomprensible.
Supervisor: Es increíble.
Gerente: Además, es contrario al reglamento.
Cajera: Y el reglamento...
Supervisor: ...es el reglamento.
Gerente: Señora, usted tiene la obligación de mostrar la
cartera.
Señora: Lo siento, no traje cartera.
Gerente: Si no la trajo, es porque no quería mostrarla. Y si no
quería mostrarla, seguramente quería ocultar algo.
Señora: Pero señor...
Gerente: Déjeme terminar. Si quería ocultar algo, tal vez se
lleve algo sin pagar.
Señora: Pero señor... si no la traje, ¿cómo voy a ocultar algo?
Gerente: Ya le dije. ¡No la trajo porque no la quería mostrar!
¡Y el reglamento dice que tiene que mostrar la cartera!
Señora: ¿Pero qué cartera?
Gerente: ¿Qué sé yo? ¡Cualquiera!
Señora: ¿Cualquiera, cualquiera, cualquiera?
Gerente: Sí, cualquiera. ¡Pero muestre la cartera!
Señora: Muy bien. Gentil y amable cajera, ¿tendría la bondad
de prestarme su cartera? Por un minutito, nada más.
Cajera: Está bien. Tome. (Le da su cartera.)
Señora: ¿Quiere revisarla, por favor?
Cajera: ¡Como no! (La abre y la mira por todos lados.) Está
bien.
Señora: Entonces, me voy. Le devuelvo su cartera.
Cajera: Gracias por su compra. Vuelva pronto. Da gusto atender
a clientes como usted.
Señora: (Tratando de disimular su fastidio.) Sí, sí, cómo no.
Supervisor: Ah, nos podemos quedar tranquilos.
Gerente: Tranquilos y contentos. ¡Hemos cumplido con el
reglamento!
Telón                                 Adela Basch

Colección: “Las Abuelas nos cuentan”
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
Unidad de Programas Especiales
Campaña Nacional de Lectura